Hasta la construcción del puente Seto Ohashi en 1988, Takamatsu fue el punto de entrada en la isla Shikoku. Importantes sitios históricos dan testimonio de este pasado a la vez que presenta un lado moderno. La ciudad tiene uno de los jardines más bellos de Japón, el Ritsurin. Los alrededores son también de gran interés, con varios sitios importantes dedicados al arte contemporáneo o el archipiélago pintoresco enfrente del puerto. Por último, Takamatsu es famoso por los sanuki udon, fideos que se pueden degustar en todo Japón.
Los fideos son un tipo de pasta con forma de cuerdas. Es la base de algunos platos tales como los espaguetis, los linguine, soba y udon. El término se refiere a menudo tanto a las pastas húmedas cocinadas, como a los fideos secos que deben ser cocinados tanto hirviendo como empapando en agua.
Los chinos por igual sostienen haber sido los primeros en haber creado esta pasta con forma de hilo. Sea como fuere, la primera referencia escrita a los fideos procede del este de la Dinastía Han entre el año 25 y 220 d.C. En octubre de 2005 se descubrió el fideo más viejo del mundo en Lajia (cultura Qijia) a lo largo del río amarillo en Qinghai, China. Se determinó que su antigüedad era de 4.000 años y que quizás se elaboraron con mijo setario y mijo.
Los habitantes de Takamatsu consumen en promedio 130 tazones de fideos udon al año, siete veces más que en el resto de su país. Se dice que es una importación de China, hace 1300 años, iniciativa del señor Kobo Daishi, hijo pródigo de Shikoku, fundador de la escuela budista Shingon; en su honor en esta isla se realiza la Peregrinación de los 88 Templos de Shikoku, un recorrido circular de más de mil kilómetros visitando sitios sagrados, muchos de ellos fundados por él.
los sanuki udon son conocidos por ser gordos fideos se sirven en miles de negocios en Takamatsu, pero existe una variedad llamada Sanuki Udon (procedente de una región que antiguamente era conocida como Sanuki, con excelente fama por la rica harina que producen), que sobresale por su calidad; quienes los han probado aseguran que se derriten en la boca.
Un simple tazón de sopa guarda más que caldo y pastitas; miles de años de historia, personajes y detalles que no sólo ilustran lo que come la gente en el mundo, también cómo vive y en qué cree.
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