La historia del Sake aún no está bien documentada y existen múltiples teorías de cómo se creó. Una de las teorías dice que la preparación del arroz comenzó en China, a lo largo del río Yangtsé alrededor del 4800 a. C. y posteriormente el método fue exportado a Japón. Otra teoría explica que la preparación del Sake comenzó en el siglo III en Japón con el advenimiento del cultivo húmedo del arroz. (Wikipedia)
El Sake en japonés significa “bebida alcohólica” y es una bebida hecha a partir del arroz, agua y koji de arroz. Es una bebida fermentada, elaborada utilizando un microorganismo llamado Koji y levadura y su grado alcohólico oscila entre los 13-16%. El arroz que se utiliza para el sake es integral y diferente al arroz que se utiliza para comer. Son variedades de grano largo y blando, con bajo contenido en proteínas y son más caros porque se cultivan utilizando métodos más complejos. La calidad del agua que se utiliza es también importante y los fabricantes aprovechan las distintas variedades de agua natural que existen, principalmente de manantiales y pozos propios.
El sake se elabora por medio de fermentación al igual que el vino y la cerveza, pero conlleva un proceso de fermentación más complejo. El vino se fermenta de forma natural prensando las uvas y añadiendo levadura. Sin embargo, el sake no se fermenta añadiendo levadura de arroz, sino por medio del empleo del koji, que transforma el almidón del arroz en azúcares. El arroz comienza a fermentar después de que se añade la levadura a estos azúcares. Debido a que el proceso de sacarificación y el de fermentación se producen de forma paralela en el mismo recipiente, este proceso se conoce como “fermentación paralela múltiple”.
Es una bebida 100% natural, llena de matices y obtenida a través de un proceso muy laborioso. Es ideal para disfrutar durante un aperitivo, comida asiática, occidental o como digestivo. Realza el sabor de la comida, a la vez que suaviza el fuerte olor de la carne y el marisco. Tiene muchas aplicaciones, como aderezo o condimento, tanto en la cocina japonesa como en la occidental
Se puede disfrutar frio, caliente o a temperatura ambiente y desde 5º a 55º. Se puede servir en vasos de cristal o en recipientes tradicionales de cerámica, porcelana o de madera lacada. Las diversas formas y materiales enriquecen la sensación de los diferentes sabores del sake. La elección del recipiente adecuado según la temperatura a la que se toma el sake incrementa el disfrute de esta bebida
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